Tuve que decirle/confesarle que yo a mis 18 era más bien una chamaquita presumida, pedante y remamona que no le dirigía la palabra a cualquiera. Y no es que él sea un 'cualquiera' pero haciendo cuentas a mis 18 él tenía 30 y, sin que me lo tomen a mal, ¡na'que ver güey!
Además debo reconocer que mi mamonería no era porque me sintiera yo 'la última coca del estadio', no... era más bien que mi autoestima era tan elevada como yo creía/sabía que lo era mi nivel intelectual. Por razones que aún desconozco siempre me ha gustado mandar... a quien se deje... y simplemente hacer que mis chicharrones sean los que truenen. Por eso la única, y verdadera razón y voluntad a cumplir, era la mía. Como dicen por ahí: 'todos eran pendejos menos yo'.
Al parecer a mi novio le dio mucha curiosidad por saber de mi yo en esos tiempos y me hizo prometer que le contaría todo y más. Continuó la peli y al rato se nos olvido pero yo me quedé con la imagen de mí misma en esos años en los que vestía toda de negro... ni siquiera era que perteneciera yo a una de esas denominadas tribus urbanas, aunque algunos imbéciles me llamaran 'darky'... ni tampoco era porque el negro disimula el volumen, eso habría sido realmente una burla. En realidad era que me gustaba, simplemente eso, y que me daba una imagen seria, ruda e intocable para con mis compañeritos calientes.
Durante mucho tiempo tuve bien claras mis prioridades y además existía el novio a escondidas. Estaba segura de que nadie merecía la pena y el que sí, no llegaba al nivel de que me dieran ganas de que mis amigos, familiares o cercanos supieran de sus existencia.
Mis tardes transcurrían entre letras, música y pintura. Odié siempre el cliché de la adolescente ansiosa por contar a sus amigas, vía telefónica, lo feliz que estaba de ser novia de fulanito y la imagen de 'niña buena' estaba en contra total de mis necesidades. Era yo... me sentía auténtica y bien chingona.
Con el paso del tiempo las cosas no fueron muy distintas, mis prioridades siempre han estado bien ciertas y mis necesidades han sido cubiertas al grado de ser siempre coherente conmigo misma. Creo que lo que intenté siempre fue integrarme al mundo real pero de forma gradual, ya saben, para que no se sintiera tan fuerte el fregadazo.
- Sigues siendo la misma - Me dijo hace poco uno de mis amigos de la infancia y pubertad. Sonreí.
Fueron buenos tiempos, creo que aprendí a conocerme y detectar aquello por lo que estoy dispuesta a ceder y lo que definitivamente no. Si tuviera la oportunidad de cambiar algo de aquel entonces... creo que me quedaría como estoy aunque consideraría la posibilidad de hacerle caso a uno de 30.
Hoy soy un poco más abierta a la diversidad, a ratos me da por ser un poquito más como mi mamá siempre quiso que fuera y ya no me visto de negro. Pero aún sigo creyendo que soy auténtica y bien chingona...
5 comentarios:
Jeje por algo eres "la chida de la historia". Por cierto, está chida la historia
Jajajajajaja, me reí tanto...
Chingona quizás. Auténtica, nada que ver. Conozco a la escritora y sé que no (aunque sí), pero la protagonista del relato no dice más palabras que cualquier ignaro prepubescente que piensa que sus ideas no se le han ocurrido a nadie antes. Tan ensimismados andan esos pequeños entes que creen que el mundo gira alrededor de ellos y que -como bien lo dice- sólo sus chicharrones truenan.
Bueno, está divertida la historia aunque a mí me dan ganas inmensas de patear el trasero de esa morra darky tan mamona.
Sólo faltó que dijera que proviene de una larga estirpe de mujeres intelectuales con autoestima al nivel.
Por otro lado, ¡chida historia!
:D
Pues que bueno que eras así!!! es bueno creerselas uno, porque no solo hay que ser sino parecer!!yo siempre he pensado...que hubiera sido tener 18 y tener la madurez de mis 30!!! Pero bueno...si la vida fuera así, que aburrido!!! Hay que pegarse "trancasos" para aprender y no pasar dos veces por el mismo error (llamese hombres infelices en la vida de uno)...!! Me encanto el relato!!
Luisz muy buena tu analogía de "Sólo faltó que dijera que proviene de una larga estirpe de mujeres intelectuales con autoestima al nivel"....jajajjajaj
Ya lo han dicho:
"Plus ça change, plus c'est la même chose"
Publicar un comentario