jueves, 22 de abril de 2010

Realmente

Realmente queria escribir algo hoy.

Tenía toda la intención de hacerlo, sentarme y empezar a hilar palabras unas con otras para elaborar alguna historia entretenida, alguna historia con final de moraleja y con fuerte contenido humano. Pero no puedo.

No puedo.

No puedo dejar de pensar en ella, en ella que lleva lunas de haberse ido de mi lado. No más juegos antes de dormir, no mas llamadas a la media noche, no mas mensajes ocn carita feliz. Ahora esta con él, entregandole mis besos y mis palabras de amor, pervirtiendo sus oidos con sus sucias y torpes declaraciones de amor, fabricadas en la televisión y las novelas baratas de las tiendas del metro. Pervierte el delicado espacio de su boca donde yo susurraba pequeños poemas con su aliento a cerveza, acaricia la maravilla que es su piel desnuda de la espalda con esos dedos gordos y toscos acostumbrados a destapar cervezas y picarse la nariz.

Cuando dejo de pensar en ella, empiezo a pensar en aquella otra. Aquella que me enseñó lo delicado de las palabras que acarician el oido izquierdo al empezar a amarla y lo rudo de las palabras que la golpean en el oido derecho cuando necesito toda mi fuerza para controlarla y ella cierra los ojos.Recuerdo a aquella que fué la primera en mirarme con ternura, cuando todos le dijeron que no lo hiciera, que soy engañoso y nada de lo que parezco. Pienso en aquella que ya no quiere hablar conmigo, que me odia y que me desprecia, que me dijo que ojalá no me hubiera conocido nunca.

Y después pienso en tí. En tu sonrisa seductora y tus ojos. Tus ojos que son dos espejos que encierran algunas de las cosas que mas amo en este mundo, que estan siempre tan cerca y tan lejos de mis propios ojos que ya solo ven escalas de grises. Pienso en ti que debo compartirte con el amor de tu vida, el que llena todo lo que necesitas. Bueno casi todo, para lo que queda pendiente estoy yo. Pienso en ti que tienes todo el amor que necesitas, que tienes toda la felicidad que necesitas, y, seamos honestos, yo no tengo felicidad propia asi que tengo que robarme la de los demás. Pienso en tí y como te enojas cuando salgo de tu interior, como me arrancas sonrisas aunque no quiera y después te las robas de mis sueños.

Por todas las ausencias es que sudo por las noches y por todos lo excesos tengo un moretón en la conciencia.

6 comentarios:

Kuruni dijo...

Esto poesía en un relato. ¡hay tantas personas que nos marcan!

saludos.

Frida U dijo...

El ello, yo y Superyó...

Unknown dijo...

¡Me encanto!

Karabá dijo...

Sí, me gustó mucho :)bola de obsesivos

la chida de la historia dijo...

Putsss, el moretón en la consciencia!!!... argh!

Luisz dijo...

Así me pasa cuando pienso en ella...