lunes, 12 de abril de 2010

Unas pistolas y rosas en San Salvador.

Ayer, después de ser un mito, Guns n´ Roses toco en el Estadio más grande de El Salvador, el Estadio Cuscatlán, "el coloso de monserrat" como le dicen, (porque esta ubicado cerca de una colonia con ese nombre), realmente no niego haber crecido con el grupo y respetando lo clásico del mismo, no fui su mayor fan, sin embargo, mi esposo me había regalado la entrada y pues aunque era un domingo y tenia ganas de descansar tal cual vegetal inerte, fui de mala gana al concierto.
Llegue a un "coloso de monserrat" que me impacto de entrada, el escenario me devoro, no obstante, el "coloso" yacía medio lleno y no rebosante como en otras ocasiones, donde a su vez, encontré un público de todas las edades. Las localidades empezaban desde los $100 (Dólares de los Estados Unidos de América, nuestra moneda nacional), que era la gramilla, otra de $60, $50, $40 y $25 la más barata, mi lugar estaba bien ubicado y eran sillas numeradas, miraba el escenario del lado izquierdo, y bueno a las ocho exactas, hicimos nuestra entrada triunfal, mi esposo, una pareja más y yo, como no permitían alcohol, había muchas personas afuera del estadio, tomando como degenerados para llegar "happys" al concierto. Yo sin tener ganas de tomar alcohol ni agua si quiera para no ir al baño, solamente olía el aliento a alcohol en el aire y el de la gente que fue a los palcos donde si se tiene derecho a tomar cualquier bebida que se les antoje.
A una linea de mi lugar, habían dos ochenteros panzones con una pasión desmedida por el grupo en comento, mismos que andaban hasta atrás, sin hacerle daño a nadie, más que su autoestima propia, porque desde que salieron dos grupos teloneros de pacotilla y de un heavy metal rock insoportable, los tipos estaban encendidos, tarareando canciones conocidas para ellos y las que no las cantaban igual.
A las 12:00 sale un Axl Rose, menos gordo que al inició de la gira, con unas luces de bengala impresionantes, con un grupo de bajistas, guitarristas, un batero y otros tantos más de la mejor calidad, inició este magno evento, comenzando con "Chinese Democracy ", los efectos en las pantallas me habían debilitado mi indiferencia, las luces seguían explotando, finalizada la primera canción, silencio sepulcral, cuando de la nada suena "Welcome To The Jungle", el público salvadoreño se le entrego como nunca. Los ochenteros panzones se volvieron locos, bailaron y cantaron con una pasión tan "apasionada" que emocionaba hasta al mas incrédulo, yo.
Axl cometió un pequeño pero grande error, la gira en Centroamérica iba llegar únicamente a Costa Rica (lugar donde no se presento al final de cuentas), Panama, El Salvador y Guatemala, no así a Honduras y Nicaragua, algunos "catrachos" vinieron para gozar sus recuerdos en El Salvador, en una de esas le lanzaron a Axl una bandera de Honduras, tal cual "gringo" ignorante, la agarro y se la puso, ante la mirada incrédula de todos nosotros que poco a poco apagamos nuestra emoción ante tal insulto, cuando termino la canción que estaba cantando, del silencio empezaron a sonar unas palabras de orgullo y dignidad ¡El Salvador! ¡El Salvador!, reclamando nuestro lugar, el tipo siguió cantando como nada, el público se empezó a apagar, primero por la burla a nuestro pulgarcito y también por las altas horas de la noche en que se estaba desarrollando el concierto. A las dos canciones desde este penoso incidente, el público le lanzo otra bandera, esta vez si la de nuestro El Salvador, la agarro, y se la puso como capa en sus hombros, los aplausos eufóricos de las masas se escucharon y en efecto lo perdonaron, la adrenalina empezó a correr nuevamente, ya para cuando canto "Sweet Child O’ Mine", el público le entrego nuevamente su corazón y su voz.
Debo confesar que no me sabia todas las canciones, sin embargo las goce como si me las pudiera de siempre, fue un concierto lleno de recuerdos, lleno de luces que iluminaban una ciudad dormida, Axl canto como en los viejos tiempos "November rain", a piano limpio, el público estaba tan extasiado que con lo único que podía cerrar era con "Patience y Paradise City", lo cual así hizo. El Salvador lo adopto, lo amo, lo revivio, no obstante han pasado casi veinte años del éxito real del grupo, no obstante la falta de "Slash" (suplida excelentemente por otro músico), no obstante deja a países como los nuestros cuando caen en desgracia, cuando quieren sacar los ultimos "dolaritos", ya que sus fortunas se las han acabado en drogas, sexo y alcohol, realmente a nadie le importo eso, porque en ese estadio, en este país hermoso, las balas y pétalos fueron aceptados por todos nosotros y por cualquier hermano centroamericano que haya acudido al llamado de Guns n´ Roses, escuchamos un Axl con una voz desgarrada, cansada, pero que en el fondo todos sabíamos que era él...en efecto, en esa hora y cuarenta y cinco minutos, para nosotros fue ese Axcel de los 80's, el que nos hizo vivir momentos increíbles en nuestras adolescencias. Mi incredulidad se desvaneció y me entregue como los demás, y en mis recuerdos quedara como uno de los mejores conciertos al que he asistido, tal vez cuando venga U2 dentro de otros veinte años, borre el recuerdo de "Guns", sin embargo, con esto me conformo.

4 comentarios:

Luisz dijo...

Super ochenteros ...

El mejor concierto al qué he ido yo es uno de Jeans en "La Rocola Coca-cola. >.<

El Contador Ilustrado dijo...

el axel dentro del axel

El Pinche Megah dijo...

La cerveza ayudó al ambiente, supongo.

Frida U dijo...

La verdad aqui en El Salvador no vienen muchos grupos de ese tipo, es por eso el motivo de mi relato, y lo que trate de transmitir, era eso precisamente, la falta de buenos grupos y lo equivocados que estan los grupos que no se atreven a venir, porque es un pais donde se escucha la misma música que en el resto de continente.