Usted no puede contar conmigo, ni con nadie, porque nadie puede contar con usted. Usted no conoce el honor, ni el orgullo, mucho menos el amor o la amistad. Su agradecimiento es tan falso cono su educación, sus ideales y su inteligencia.
Usted no se mereció nunca ninguna de mis lágrimas, ni mi admiración, mucho menos mi amor. No se merece que nadie llore por usted. Está terriblemente solo, lleno de estiércol en el alma y en el corazón. Usted no se merece ni mi lástima por el terrible destino que le espera.
No puedo desearle suerte, mucho menos bendecirlo. Espero que tenga la recompensa de sus actos, espero que llore todas y cada una de las lágrimas que Dios tenga a bien mandarle.
Pero no se preocupe, yo no estoy decepcionada de usted. Siempre lo supe y no me quedé con las manos cruzadas. Pregunte usted - o piense unos instantes, si puede - y sabrá porqué usted tampoco puede, ni nunca pudo, contar conmigo.
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Hace 2 meses
5 comentarios:
Así se habla mi querida amiga!!!Muy bueno, me gusto!!
Urgh, Mario Benedetti zombie ...
Ahora yo me identifiqué y mucho. Se me hace que hasta lo voy a forwardear, jajajaja.
jajajaja, Luisz....
Muy bueno... pero acaso tampoco merece el 'usted'...
Saludos.
Uju. Me gustó. Después se lo pediré prestado (con todo autoría), abundan muchas personas por allí que se merecen este texto.
:D
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