Siempre he tenido miedos, los colecciono desde la infancia, tengo miedos razonables y sin razón; puedo acomodarlos y clasificarlos de formas variadas, hacer una base en excel sobre ellos: nombre, origen, años de insana convivencia; acomodarlos “como en una procesión” diría Benedetti.
Y haciendo esta clasificación de mis miedos el que más me puede y me hace ver mi suerte es la altura, no se de dónde vino, ni quién lo invito a habitar en mi mente, la cuestión es que me sudan las manos tan sólo de pensar en estar expuesta a la altura, me pone mal el saber que mis pies no se encuentran en el globo terráqueo, me siento al borde de la locura, del desmayo, del terror.
No soy una persona aventurera, arriesgada o aficionada a la adrenalina, soy más bien del tipo tranquilo, meditabundo y ensimismado, lo más osado en mi vida fue subirme a las tazas locas, que sólo giran y giran, ocasionándome en aquella ocasión una revoltura estomacal que salió en cuanto puse un pie en la tierra.
Pero como en película hollywodenses llego el día de enfrentarme a mi miedo. Una amiga muy querida, y arriesgada en la vida, decidió celebrar sus 30 años de feliz existencia saltando en paracaídas, fui convocada al llamado de amistad y festividad, he de mencionar que ella conoce bien este miedo mío y a sabiendas de ello y de forma considerada me dio 24 horas para pensar y decidir en saltar o únicamente verla saltar. Lo medite, lo consulte con la almohada y me dije: ¿Cuándo podré hacer esto nuevamente? Y francamente no se porque le temo tanto, así que decidí saltar en paracaídas no sin antes prometerme no pensar en ello hasta el día acordado.
La fecha llego, me levante muy temprano, llegamos al lugar, no saben las ganas que tenía de fumar, pero maldición lo deje hace casi un año; una cerveza no era la opción a tan temprana hora y con sólo un yogurt en el estomago, así que mordiéndome las uñas espere mi turno. Mi nombre fue voceado y me presentaron a Jorn, un tipo alemán guapísimo, que sería como bien lo dijo él “mi héroe de ese día” me dio el traje rosa ridículo para ponerme y las indicaciones para el momento del salto: “debes flexionarte en forma de plátano, subiremos 10,000 pies y tendremos una caída libre de 30 segundos a 200 km/h” – lo dijo como si cualquier cosa, como si el miedo que tenía confinado en lo más recóndito de mi cuerpo fuera de mínima importancia.
Subimos a la avioneta, que por cierto no tenía puerta, me dijo como colocarme para saltar y que él haría el resto, arranco la avioneta; el viento era más frío cada vez que remontábamos el vuelo, el ruido del motor ensordecía y Jorn me dijo: tenemos 20 minutos duérmete, acomodándose tranquilamente junto al piloto y el camarógrafo, qué????!!! ¿Crees que voy a dormirme con todo el miedo que he cargado?
Fueron 20 eternos minutos, ahí estaba, sola, a punto de lanzarme al vacío, claro en paracaídas, pero finalmente al vacío; me preguntaba sí dejar el cigarro fue bueno? Sí estaba en mis cabales al decidir saltar?, reclamándome por hacerme esto, no podía mirar hacía la puerta, así que cerré mis ojos y comencé ejercicios de respiración para tranquilizarme. Jorn miro al vacío consulto su altímetro y me dijo - es hora ven vamos a engancharnos- engancho mi arnés al suyo, me coloco los lentes, le dijo al piloto que un poco más al frente, de verdad quería gritar y decirle noooooo yo aquí me quedo con el piloto pero era demasiado tarde para ello, me dijo saca el pie, jalo mi cabeza hacia él y saltamos.
Es la sensación más horrible que he tenido, me sentí pesada, sentía mi cuello y mi garganta duras, demasiado duras, ahora se que me sentía así por que estaba de cabeza, veía la tierra, ¡¡¡mi planeta estaba allá abajo y sin mi!!!!, estaba tan asustada que no podía cerrar los ojos, Jorn comenzó a estabilizarnos y finalmente quedamos en horizontal, el viento me pegaba en la cara y seguía con la mirada fija en la tierra, me levanto el rostro para que pudieran tomarme fotos, olvide que contrate un camarógrafo para tener testimonio de que lo había hecho, movía mis brazos como alas para sentir el viento, me hizo mandar besos a la cámara; poco a poco fui saliendo del shock en el que había entrado, - ¿¿Buzz estamos volando?? No Woody estamos cayendo con estilo – es casi como volar, es una sensación de libertad inigualable, allá arriba la perspectiva cambia y no sólo en lo evidente, eres un ser sin cargas, sin nada que perder y todo por ver, por hacer, el arriba y abajo se confunde o por lo menos la línea divisoria es prácticamente imperceptible, eres libre, mortal y capaz de todo.
Jorn me dio la indicación de recoger mis brazos para abrir el paracaídas; con el paracaídas abierto es otro salto, planeando disfrutas mejor el panorama, Jorn daba vueltas, se detenía unos segundos y girábamos hacia el otro lado, planeaba un par de segundos y giro, así 10 veces. Me indico recoger los pies para aterrizar y bajarlos al llegar. Tiempo total: 4 minutos aproximadamente. ¿Creen en el destino, en las casualidades y en que todo esta mágicamente ligado? Yo si, bajando me abrace con Itzel muy emocionadas ambas y en la música de fondo estaba mi cantante favorito Gustavo Cerati con “Cosas imposibles”
Lo primero que te preguntan al aterrizar es si lo volverías a hacer y sin pensarlo dije que si, es de no mames, no puedo decir que mi vida cambio ese día, pero entendí que mis miedos son anclas que no me dejan atreverme, ¿por qué no hacer cosas?, ¿por qué no probar algo fuera de lo común?, ¿por qué decir siempre no? ¿por qué no sacar los monstruos del clóset, divertirte y reírte de ello?
Por supuesto me tome una cerveza, sentada con el sol pegando a todo en mi rostro, me felicite y me sonreí, tome un par de decisiones, UNO: como dice Cerati “quiero hacer cosas imposibles” practicar rappel por ejemplo, DOS: cuando cumpla cuarenta volveré a saltar.
Esta rana va conquistando sus miedos, a saltos, a gritos, a carcajadas, salten no se arrepentirán.
3 comentarios:
¡WOOOOW!
¿ES UN PÁJARO?
¿ES UN AVIÓN?
¡NOOOO! ¡ES UN ANFIBIO VOLADOR!
De verdad qué soy tu ídolo y eres mi fans.
Siempre he querido hacer eso pero no creo que me atreva jamás... ¡jejeje!
¡¡Enhorabuena por un miedo más superado y un abrazo grande a mi amiga la más valiente!!
Yo me acuerdo otra celebración de 30 años igual, sólo que yo era el instructor y no estábamos en el aire, sino en una cama y ... bueno.
Cierto es que discrepo con varias de las sensaciones que describes, pero cierto es también que no lo he hecho ni lo haré jamás, so... me reservo mis discrepaciones.
=D
Que increible historia!!!!!! Yo si lo haria, en serio y con este testimonio más!! Te felicito vencer los miedos no es de cualquiera!!!! Excelente! Y hay que ir por más!!!
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