La distancia, el eterno asesino del amor.

La distancia es un aliado que destroza muchas cosas, una de ellas, el amor. En pocas ocasiones el amor sobrevive, y si lo hace, es porque reealmente es un amor puro y verdadero, y si no sobrevive, es otro caso para las estadísticas de este asesino en serie llamado "distancia".

Muchas veces he maldecido el estar lejos de personas que quiero como amigos, familia y en especial un viejo amor. Él me quiso, pero no con la misma intensidad que yo anhelaba, porque yo sentía amarlo no solo con el corazón sino con las entrañas.

Yo creaba un puente emocional que nos acercaba en segundos, soñaba con ir a su lugar de origen, en algún medio de transporte, esperando ansiosamente correr con pasos largos y que él me recibiera con el beso más tierno y apasionado, el cual no me dejara respirar.

Sin embargo, nuestro amor no sobrevivio la distancia, sé que tal vez no fue tan real, pero para mi fue la apuesta mas grande a los sueños, ha ser amada y ser correspondida, ha vencer todas las barreras que nos separaban, a pensarlo y soñarlo día y noche, aunque nunca volvió, ya que la siguiente vez que lo vi, estaba con otra, como debía de ser, como era la vida, real.

Su amor ha sido de las mejores experiencias que he vivido, sentía que mi amor por él no podía ser mas grande, sentía que mi estómago se hacia tan pequeñito con solo pensarlo, lloré cada noche que no estuve con él, ahora, diez años después lo recuerdo como si fuera la primera vez, y aunque mi vida es otra, espero volverlo a ver.