domingo, 11 de abril de 2010

... Urge ...

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La existencia de tanta pobreza a pesar de ello se debe a que, a lo largo de sus vidas, a nuestros compatriotas no se les enseña a ser ricos, sino a ser pobres.


Parece que en este país el tiempo transcurre de diferente manera para cada individuo. A los indígenas mexicanos, por ejemplo, la temporalidad regida por relojes y calendarios les resulta indiferente. Lo cual tiene cierta lógica. En una cultura sin trabajos asalariados, que se empeña en continuar con los usos y costumbres del Siglo 18 el seguir horarios rígidos no tiene sentido; y luego preguntan que los ha dejado rezagados del resto de México, por no decir nada del mundo.

Pero hay otros grupos que tienen la misma tendencia a seguir el paso del tiempo de manera distinta al del resto de la sociedad. Y cuyo sentido de la urgencia sencillamente parece inexistente.

Se cumplió y se volvió a cumplir el plazo que los senadores mexicanos se pusieron a sí mismos para sacar adelante una Reforma del Estado. En ese lapso, han cobrado jugosos salarios y aguinaldos y todo hay que decirlo, han promovido una al parecer atinada Reforma Electoral, una aceptable reforma a la ley del ISSSTE y otras tantas payasadas.

¿Por qué tardan tanto? Lo que se requiere ha sido discutido hasta el hartazgo. El resto del mundo se transforma, se adecua y nos pasa por encima como aplanadora. Las reformas que le urgen a este país son patentes y notorias, han sido examinadas con lupa hasta la saciedad y mientras más nos tardemos en ponerlas en práctica, más rezagados quedaremos. De por sí ya hemos perdido más de dos décadas polemizando por tontería y media, escuchando razonamientos trasnochados y defensas de ideologías en las que ya nadie cree fuera de Latinoamérica y por eso Latinoamérica se está condenando paulatinamente a la irrelevancia.

El desastre ya está aquí aunque no se quiera ver: cada vez más gente ha entrado al mercado de trabajo informal o se ha quedado en el desempleo, gracias a que la actual legislación hace todo lo posible por espantar la inversión y matar las empresas de quienes deseen arriesgar su dinero para crear empleo. Y luego no quieren que haya resentidos en este país.

Los empleos que deberían nacer aquí se están creando no sólo en China, sino en Polonia, Hungría y la República Checa. Y no tiene que ver con el neoliberalismo ni con discusiones extremistas, sino con las inercias que venimos cargando desde hace mucho y que no nos dejan planear un futuro mejor. En pleno Siglo XXI todavía hay quienes quieren dedicar el país al cultivo del maíz. Pareciera que mucha de nuestra clase política nunca ha visto lo que ocurre en el resto del planeta. Siguen reciclando las mismas tonterías que, desde hace buen rato, la terca realidad se ha encargado de comprobar que son eso: soberanas tonterías.

En los próximos 20 años, nuestro país estará en una situación privilegiada: más de la mitad de su población estará formada por adultos jóvenes, gente en la edad del máximo potencial físico e intelectual. Es un capital humano enorme y esa curva demográfica no volverá a presentarse jamás. O la aprovechamos para dar el estirón, o nos estaremos condenando al subdesarrollo y la pobreza ahora sí que para siempre.

Si no hacemos las reformas urgentemente, ese tesoro se nos va a ir de las manos, como tantos y tantos otros se nos han escapado por nuestra incapacidad de ver más allá de nuestras narices, por no quitarnos esos anteojos ideológicos que en este país se suelen disfrazar de discurso político.

La mayoría de nosotros veíamos las Tortugas Ninja en la televisión cuando cayó el Muro, algunos aún mudando dientes cuando se desintegró la Unión Soviética. Para nosotros las discusiones bizantinas de nuestra clase política no tienen sentido. Lo que queremos es que se detone ya el crecimiento de este país, paralizado como siempre por eternas querellas. Si no lo hacemos, habremos cometido el peor pecado histórico posible. Y no habrá manera de remediarlo.



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4 comentarios:

Kuruni dijo...

Plis plis plis publique este en impreso en el siguiente número. Me gustó mucho y me gustaría que lo leyera muchísima gente. ^^

Saludos.

El Contador Ilustrado dijo...

mas que preocupante, ciertamente

la chida de la historia dijo...

Argh!...

Karabá dijo...

Chin chin no había leído esto dendenantes... Está genial... muy muy interesante