martes, 6 de abril de 2010

Amansas el oleaje...

Aquella noche simplemente se puso a caminar sin sentido ni destino. Tan solo quería llegar a ese punto en que las piernas y el corazón escogían el lugar donde sentarse. El muelle. Donde todos los barcos llegaban porque si, donde las olas llevaban su sal a impregnarlas a la madera, donde algunos caracoles y otros animalitos tenían una casita, un refugio.


"Me voy a meter ahí, en una de esas casitas, luego esperaré a que amanezca y entonces, solo entonces, saltaré, dejaré que las olas me arrastren, me laven, me desgasten..."


Se sentó en la orilla, quitó el nudo de los listones de sus zapatitos y los puso a un lado de ella. "Aquí se van a quedar, por si los necesito después" Miró la luna allá muy arriba, pero al alzar sus brazos hacia ella, podría jurar que había logrado tocarla con la punta de los dedos...


"Allá estas tu, con todas tus estrellas, mañana cuando anochezca de nuevo, sabré que me estás viendo directo a los ojos, yo aquí y tu allá"


No tengas miedo, se decía en un susurro, lo único que sentirás es la caída, luego todo será rápido...

Resbalar poco a poco, despacio, sin poner resistencia....



…luego el mar.

9 comentarios:

Dib dijo...

¿O sea que fue como un suicidio?
Las partes que entrecomillaste no me gustaron del todo. La narración era excelente, pero esos pensamientos lo hiceron lento.

la chida de la historia dijo...

Más que un suicidio como tal... es algo así como la persecución de un sueño... ¿no?. Raro, loco, triste...

... luego el mar.

Saludos.

Luisz dijo...

Bueno, las partes entrecomilladas son pensamientos (quiero pensar).

También es muy fuerte la idea. Quizá no suicidio pero sí renacimiento o redescubrimiento. Lo cual necesariamente implica que haya una muerte previa. Bueno, algo así.

Me gusta.

Karabá dijo...

"Aquella noche no lo vi marcharse. Se fue sin hacer ruido. Cuando logré alcanzarlo, caminaba decidido con paso rápido. Sólo me dijo:
- ¡Ah! Aquí estás...
Y me tomó de la mano. Pero seguía atormentado.
-No deberías haber venido. Vas a sufrir. Pareceré muerto y no será cierto....
Permanecí en silencio.
-Es muy lejos, ¿entiendes? No puedo llevar este cuerpo. Es demasiado pesado.
Permanecí en silencio.
-Pero será como una vieja corteza abandonada. Las viejas cortezas no dan pena...
Permanecí en silencio.
Se desanimó un poco, pero hizo otro esfuerzo:
-Será hermoso, ¿sabes? Yo también miraré las estrellas. Todas las estrellas serán pozos con poleas enmohecidas. Todas las estrellas me darán de beber...
Permanecí en silencio.
-¡Será tan divertido! Tendrás quinientos millones de cascabeles y yo tendré quinientos millones de pozos...
Y se quedó callado, porque lloraba.

-Es aquí. Déjame seguir solo...

Karabá dijo...

Y sí, también a mí me gustó [y me recordó un poco al fragmento anterior, de mi libro favorito]

Luis Arana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis Arana dijo...

yo digo que es como un caracol....lento pero seguro.

Ana Marinera dijo...

Es buena idea. El primer pensamiento sí es un poco lento y no ayuda mucho en la trama. El segundo sí aporta sentido.
Jump!

Elphaba dijo...

Nunca creí que diría esto pero estoy de acuerdo con Dib. Me encantó, pero siento que las partes entrecomilladas le restan un poco al texto.

Saludos!