Sin título*

Amanece. Lunes 5 de abril 6:00 AM.

Despertaste luchando con el deseo de no hacerlo. ¿Para que abrir los ojos si todo lo que verías seria color gris desconsuelo?
Buscas a tu lado inútilmente lo que ocupaba esa parte derecha de tu colchón.
De tu colchón y de tu corazón.

¿Qué fue lo que paso?

Simplemente no lo sabias.

Lo único que sabias con certeza es que aunque hubiera forma de volver el tiempo, nada cambiaría. No importaba cuanto lloraran tus ojos y tu corazón, él se había ido. Para que no lastimara ya tu ser, para no destruirse mas de lo que se habían destruido, para que tú no murieras otra vez por su eterno silencio . Tendrías que acostumbrarte a tu monótona rutina de levantarse, trabajar, estudiar y dormir. Al amanecer lo mismo en un ciclo interminable multiplicado por el infinito.
Sólo hay color angustia nadando en tu pecho, cuando hace apenas unos meses tenias un arcoiris en tus labios y un sol en en el pecho.

¿Cómo hacerle entender que sin él, tú no eres nada?

Siempre insultándose, luchando contra sus estúpidos orgullos. Hasta que un día en encontró a una mujer, y decidió que lo mejor para ambos era separase.
Tú lo dejaste ir, lo amabas demasiado para que lo obligaras a permanecer a tu lado. Si él era feliz tú lo serias también a pesar de que su felicidad no fuera a tu lado.
Adrián era el nombre de lo más intenso que alguna vez circulo por tus venas. El único amor verdadero que conocías era una mierda absoluta.
Mierda destructible e incomprensible
Aunque supiéramos su causa e incluso su forma de evitarlo. Somos polillas atraídas a la luz, a una decadencia segura, y sin sorpresa no nos importa.
Tal vez algún día dulce Javier, él regrese por esa puerta y por fin pueda abrirte su corazón, por que él había encerrado el tuyo en un ataúd con candado y la llave solo la tenia Adrián .

Tal vez jamás sea él de ti.

Lo sabes, pero aún así sonríes y te preparas para comenzar de nuevo.

*Título alternativo: Epifanía de Ricky Martin